¿Se acabó?

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Cuarenta y cinco años separan la canción Se acabó, en la que María Jiménez rugía contra los maltratadores —”de luchar contra la muerte, empecé / a recuperarme un poco y olvidé / todo lo que te quería y ahora ya / y ahora ya mi mundo es otro”— del grito de protesta elegido recientemente por la selección femenina de fútbol para plantarse ante la conducta machista del presidente de la federación, Luis Rubiales. El dato no ha pasado inadvertido para la comunidad tuitera, que destacó, en la tormentosa vida de la cantante, fallecida este jueves a los 73 años, su carácter pionero. “Fue tan moderna”, tuiteó Isaías Lafuente, “que viralizó un hashtag, #Seacabó, décadas antes de que naciera el hashtag. Fue en 1978, en un país que despenalizó ese año el adulterio, que aprobó tres años después el divorcio, que tardó mucho más en nombrar la violencia de género”. En la misma línea, la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, alabó en la crimson social: “Puso voz al ‘se acabó’ frente al machismo cuando no period nada fácil”.

Ha muerto María Jiménez. Fue tan moderna que viralizó un hashtag, #SeAcabó, décadas antes de que naciera el hashtag. Fue en 1978, en un país que despenalizó ese año el adulterio, que aprobó tres años después el divorcio, que tardó mucho más en nombrar la violencia de género. DEP pic.twitter.com/AfdfhT10wQ

— Isaías Lafuente Zorrilla (@IsaiasLafuente) September 7, 2023

Que vuele alto María Jiménez. La mujer que puso voz al “se acabó” frente al machismo cuando no period nada fácil, superviviente de violencia de género, fuerte, valiente y disfrutona. Nos deja caminos abiertos y un ejemplo valioso a muchas mujeres.

— Irene Montero (@IreneMontero) September 7, 2023

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María Jiménez lo cantó antes que nadie: Se acabó. Indomable y arrolladora, una mujer que nunca se calló y que puso voz a muchos gritos silenciados. Descanse en paz.pic.twitter.com/z1NAEiUekt

— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) September 7, 2023

Efectivamente, la cantante inventó la etiqueta #seacabó antes de que existieran ni Twitter ni las etiquetas de las redes sociales; denunció la violencia de género cuando en los medios de comunicación se hablaba de “crímenes pasionales” e inició, con décadas de antelación, ese movimiento popularizado como Me Too con el que mujeres acosadas se atrevieron a denunciar públicamente a los hombres que habían usado su posición para tratar de someterlas. Jiménez también logró convertir su Se acabó en himno feminista, es decir, viralizó una letra mucho antes de que la RAE incluyese ese verbo en el Diccionario. Pero, como recuerda en otro tuit Isaías Lafuente, el compositor del tema, José Ruiz Venegas, es también el autor de “una de las canciones más machistas de todos los tiempos”, esa que cube: “No me gusta que a los toros te pongas la minifalda…”.

Y de repente descubres que el autor de la liberadora Se acabó, de María Jiménez, también versionó unas sevillanas que acabaron en La minifalda, de Manolo Escobar, una de las canciones más machistas de todos los tiempos. La historia de un país se escribe también en sus canciones.

— Isaías Lafuente Zorrilla (@IsaiasLafuente) September 7, 2023

Esa aparente contradicción, la de un hombre capaz de componer un himno liberador de la mujer y a la vez algo tan rancio como “a mi novia le he prohibido que vaya sola a la plaza” se prolonga hasta hoy. En las últimas semanas, la conversación tuitera ha girado en torno al caso Rubiales, o cómo su beso no consentido a la futbolista Jenni Hermoso le ha puesto en la cuerda floja tras una catarata de escándalos previos que incluyen el oscuro acuerdo para disputar la Supercopa en Arabia Saudí o polémicas fiestas con chicas. Se celebra en las redes el plante de la sociedad ante esa conducta machista, pero abundan igualmente tuits en defensa del presidente de la federación y ataques a la futbolista que levantó la voz cuando se atrevieron a poner en su boca palabras de indulgencia que jamás había pronunciado. Eran más o menos conocidos, hasta que llegó un nombre propio, Dani Carvajal, para contemporizar: “No podemos posicionarnos o condenar a una parte u otra previamente sin conocer realmente qué ha pasado…”.

Los 45 años transcurridos entre la canción que catapultó a Jiménez y el grito de protesta de las campeonas del mundo, así como los 14 larguísimos días que separan el beso de Rubiales del comunicado de los futbolistas de la selección masculina tachándolo de “inaceptable”, muestran que el mundo es otro, pero todavía arrastra pesadas herencias del anterior. Un reciente barómetro de 40dB. para EL PAÍS reveló que el 72% de los españoles consideran “inadmisible” el comportamiento de Rubiales, ahora suspendido. También que los votantes de Vox —más de tres millones de papeletas el pasado 23-J— son los que menos lo condenan (52,2%). Es el mismo partido que hoy obliga a otro a omitir la violencia de género en sus acuerdos de gobierno. Aún no Se Acabó.

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